Cada ocasión especial, hago un postre italiano tradicional que utiliza queso mascarpone como ingrediente. Compro una pequeña tina de ella, pero siempre terminan con un poco de queso mascarpone que sobran de la receta. No lo uso muy a menudo, pero me gustaría mantener las sobras para usar en postres durante todo el año si pudiera. He pensado en congelarlo, pero mi madre insiste en que arruinaría el queso. Mascarpone es bastante caro, así que no querría gastar dinero congelándolo sólo para ver que arruinó. ¿Puede congelar queso mascarpone?
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No le digas a tu madre que lo dije, pero es incorrecta. Puede congelar queso mascarpone sin arruinarlo, y luego usarlo con éxito en cualquier tipo de receta que usted prefiera. El queso Mascarpone es un queso italiano espeso, de tipo extendible, que tiene un sabor suave y se utiliza a menudo en postres. Su textura cremosa es lo que lo hace tan especial, por lo que es importante cuando se congela para tratar de preservar la mayor parte de la textura original como sea posible. Es imperativo que tome todas las precauciones para evitar quemaduras por congelación. Tenga en cuenta que el alto contenido de grasa del mascarpone lo llevará a separarse un poco durante el proceso de congelación, y tendrá que hacer un poco de trabajo para devolverlo a su cremosidad original. Congelar queso mascarpone es bastante simple. Primero, comience con el queso más fresco posible. Dar el queso una buena agitación para asegurarse de que no hay ningún líquido separado cuando se congela. A continuación, coloque el queso mascarpone en las bolsas de congelación o en los envases duros para congeladores. Si utiliza bolsas de congelador, asegúrese de no colocar nada pesado encima del queso. Selle la bolsa o contenedor, luego etiqueta y date. El queso Mascarpone sólo debe mantenerse congelado durante unos meses. Para usar el queso mascarpone congelado, es importante permitir que se descongelen en la nevera. Retire el queso del congelador por lo menos 8-12 horas antes de planificar su uso. No es seguro descongelar los productos lácteos a temperatura ambiente. Una vez que el queso se ha descongelado completamente, cuézalo en un tazón de buen tamaño. El queso probablemente se habrá separado y puede tener un poco de textura granulada. Utilizando un batidor o bateadores manuales, látigo el queso hasta que reincorporates y recupera su textura anterior. Ahora el queso está listo para usar en sus recetas favoritas.