Pregunta

Me encanta queso parmesano, pero parmesano real es tan caro! He encontrado una gran tienda de quesos que vende por la pieza a un precio mucho mejor que la tienda de comestibles, pero las piezas son grandes. No quiero que el queso se seque y vaya duro, pero se necesita mucho espacio en la nevera. Quiero rallar algunos y guardar algunos en trozos para comer con pan. Me temo que cambiará la textura y el sabor si lo congelo, pero no sé qué otro método de almacenamiento funcionaría mejor. ¿Cuál es la mejor manera de almacenarlo? ¿Puede congelar el queso parmesano?

¿Puede congelar queso parmesano?

Respuesta

¡Sí, puedes congelar el queso parmesano! A diferencia de los quesos blandos que tienen un alto contenido de humedad y pueden cambiar la consistencia cuando se congelan, el queso parmesano tiene un menor contenido de agua y grasa. Eso hace que sea más fácil de congelar con grandes resultados. Existe el riesgo de que se seque si no está bien protegido en el congelador, así que es importante tener cuidado de envolver bien antes de congelar. Para congelar el queso parmesano en una pieza sólida, recomiendo cortar un pedazo grande de queso en trozos más pequeños. De esta manera, habrá menos sobrantes al descongelar. Cortar el queso en el tamaño deseado, y luego envolverlo en una doble capa de envoltura de plástico. Asegúrese de que ninguno de los quesos esté expuesto al aire. Luego, coloque el trozo de queso en una bolsa de congelador. Exprima el exceso de aire y luego selle la bolsa. Etiquetar y fechar la bolsa. El parmesano congelado durará meses en el congelador, pero lentamente perderá humedad y se secará cuanto más tiempo permanezca congelado. Para descongelar el queso parmesano, retire el queso del congelador y colóquelo en el refrigerador. Deje el queso envuelto mientras se descongela para ayudar a sellar la humedad y evitar que se seque. Deje el queso durante varias horas o durante la noche para permitir que se descongela completamente. Para congelar el queso parmesano rallado, coloque el queso rallado en un recipiente duro y seguro para el congelador con una tapa. Llene el recipiente con el queso rallado y luego coloque una capa de envoltura de plástico sobre la parte superior para protegerlo del aire. Selle el recipiente y luego etiquete y date. Este método es conveniente porque el queso se puede utilizar directamente del congelador sin la necesidad de descongelarlo primero.